Para los cucuteños que a diario utilizan el servicio de transporte público, sean buses o busetas, hay algo que pasa inadvertido, como es la ciudad que aparece en la placa del carro en el cual se movilizan.
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Si se fijaran en ese detalle, se darían cuenta que por Cúcuta transitan busetas de municipios tan distantes como Medellín, Bucaramanga, Guateque, Sabaneta, Piedecuesta, Girón, Cali, Barranquilla, Aracataca, Bogotá, Tunja, Soacha, La Calera, Ocaña, Bello, Ubaté y El Socorro (Santander), entre otros.
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Muchos llegan cuando están a punto de cumplir su ciclo de 20 años de circulación, convirtiendo a la capital de Norte de Santander en un ‘cementerio’ de busetas desechadas de otras partes del país para venir a morir aquí.
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Mauricio Pinzón, subsecretario de Tránsito Municipal, aseguró que aunque es claro el periodo de vida útil de un vehículo de servicio público, durante la presente administración no se han recibido vehículos traídos de otra ciudad cuyo modelo sea inferior a 1994.
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Sostuvo que los controles que se llevan a cabo, como la revisión tecnomecánica y los operativos para verificar que los automotores se encuentren en condiciones óptimas, han permitido inmovilizar un gran número por incumplir las condiciones mínimas que avalen su operatividad.
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Al llegar a la Secretaría de Tránsito, Pinzón encontró que rodaba por la ciudad un número significativo de vehículos que, luego de operar en otras ciudades por más de 15 años, fue traído a Cúcuta y matriculado aquí para que ‘agote’ los últimos años de vida útil.
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Ismael Becerra, secretario de Tránsito municipal, aseguró que durante su administración no se ha permitido que las empresas de transporte urbano ingresen a la ciudad unidades de otras latitudes y que no se encuentren en buen estado para operar.
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“Los vehículos de servicio público que transitan por la ciudad y tienen placas de otras ciudades vienen haciéndolo de tiempo atrás, amparados en que el tiempo máximo de operación es de 20 años”, declaró.
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Para intentar contrarrestar este tipo de irregularidades, todos los días se hacen operativos para evitar que algunas empresas sigan utilizando vehículos que ya han cumplido su ciclo de vida útil pero que misteriosamente continúan operando como si nada, según el capitán Fabio Yáñez, comandante de la Policía de Tránsito de Cúcuta.
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“En todos los rincones de la ciudad hacemos operativos exigiéndoles a estos vehículos la tarjeta de operación, el Soat, seguro contractual y extracontractual, la revisión tecnomecánica y que cumplan con las rutas establecidas”, señaló el capitán Yáñez.
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El año pasado se aplicaron 222 multas a los choferes de esa clase de carros y otros 112 comparendos en lo que va corrido de 2011.
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Por esta razón, el capitán Yáñez hizo un llamado para que las empresas de servicio público vigilen que los vehículos con los cuales operan presenten condiciones óptimas para prestar el servicio y que los que sean traídos de otras ciudades pidan el traslado de sus cuentas a Cúcuta.
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El comandante de la Policía de Tránsito indicó que esa institución es consciente del grave problema que implica para las empresas el fenómeno del transporte informal en la ciudad que, según cifras oficiales, asciende a más de 1.200 vehículos dedicados a este servicio.
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“Cuando detenemos un vehículo por primera vez, de los que denominan ‘piratas’, lo inmovilizamos por 5 días; la segunda vez lo hacemos por 20 días y la tercera vez por 40. Si reincide, se le cancela la licencia de conducción al chofer por un periodo que oscila entre 1 y 3 años”.
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Para Fernando Chaustre, vocero de la empresa de transporte público Transpetrólea S.A., el problema radica en que el parque automotor de servicio público empezará a vencerse de manera alarmante durante los próximos tres años.
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En el lapso señalado por el vocero empresarial, saldrán de las calles aproximadamente 1.000 vehículos, sobre todo busetas de 13 pasajeros.
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Ello implica, según Chaustre, la pérdida del trabajo de más de 2.000 personas pues no sólo se verá afectado el conductor sino también los propietarios y sus respectivas familias.
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“En estos momentos estamos frente a una mortandad de vehículos y conductores por el cumplimiento del ciclo de vida útil de más de 1.000 carros”, señaló.
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El representante de Transpetrólea S.A. también sostuvo que muchas empresas están sintiendo la salida de los carros por obsoletos y se están quedando sin el suficiente parque automotor para cumplir las rutas que tienen asignadas.
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“Por esta razón algunas acuden a las ciudades donde ya se implementó el servicio de transporte masivo para conseguir busetas que aún tienen un par de años de vida útil y se las traen a operar a Cúcuta con toda la documentación en regla”, admitió.
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En su concepto, el traslado de la cuenta, es decir, lograr que una buseta de otra parte de Colombia pueda operar aquí, es un procedimiento legal permitido por las autoridades de tránsito.
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“Lo que sí está claro es que las autoridades no deberían permitir que los automotores que están próximos a cumplir los 20 años de operación, renueven su tarjeta de operación más allá de la fecha en la que deberían dejar de funcionar.
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“Si traen una buseta de otra ciudad a la que le queda un año o unos cuantos meses para llegar al límite del servicio, se le debería expedir su tarjeta de operación por el tiempo que le queda, y no por los dos años que es el tiempo por el cual estas se expiden”.
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Frente a la renovación del parque automotor, Fernando Chaustre manifestó que las empresas le siguen apostando a la implementación del servicio integrado de transporte masivo en la ciudad y los municipios del área metropolitana, algo que los ayudaría a competir en el duro mercado del servicio público, pues reconoce que el transporte informal (pirata) los está llevando a la quiebra.
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Si se fijaran en ese detalle, se darían cuenta que por Cúcuta transitan busetas de municipios tan distantes como Medellín, Bucaramanga, Guateque, Sabaneta, Piedecuesta, Girón, Cali, Barranquilla, Aracataca, Bogotá, Tunja, Soacha, La Calera, Ocaña, Bello, Ubaté y El Socorro (Santander), entre otros.
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Muchos llegan cuando están a punto de cumplir su ciclo de 20 años de circulación, convirtiendo a la capital de Norte de Santander en un ‘cementerio’ de busetas desechadas de otras partes del país para venir a morir aquí.
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Mauricio Pinzón, subsecretario de Tránsito Municipal, aseguró que aunque es claro el periodo de vida útil de un vehículo de servicio público, durante la presente administración no se han recibido vehículos traídos de otra ciudad cuyo modelo sea inferior a 1994.
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Sostuvo que los controles que se llevan a cabo, como la revisión tecnomecánica y los operativos para verificar que los automotores se encuentren en condiciones óptimas, han permitido inmovilizar un gran número por incumplir las condiciones mínimas que avalen su operatividad.
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Al llegar a la Secretaría de Tránsito, Pinzón encontró que rodaba por la ciudad un número significativo de vehículos que, luego de operar en otras ciudades por más de 15 años, fue traído a Cúcuta y matriculado aquí para que ‘agote’ los últimos años de vida útil.
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Ismael Becerra, secretario de Tránsito municipal, aseguró que durante su administración no se ha permitido que las empresas de transporte urbano ingresen a la ciudad unidades de otras latitudes y que no se encuentren en buen estado para operar.
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“Los vehículos de servicio público que transitan por la ciudad y tienen placas de otras ciudades vienen haciéndolo de tiempo atrás, amparados en que el tiempo máximo de operación es de 20 años”, declaró.
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Operativos de la Policía de Tránsito
.Para intentar contrarrestar este tipo de irregularidades, todos los días se hacen operativos para evitar que algunas empresas sigan utilizando vehículos que ya han cumplido su ciclo de vida útil pero que misteriosamente continúan operando como si nada, según el capitán Fabio Yáñez, comandante de la Policía de Tránsito de Cúcuta.
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“En todos los rincones de la ciudad hacemos operativos exigiéndoles a estos vehículos la tarjeta de operación, el Soat, seguro contractual y extracontractual, la revisión tecnomecánica y que cumplan con las rutas establecidas”, señaló el capitán Yáñez.
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El año pasado se aplicaron 222 multas a los choferes de esa clase de carros y otros 112 comparendos en lo que va corrido de 2011.
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Por esta razón, el capitán Yáñez hizo un llamado para que las empresas de servicio público vigilen que los vehículos con los cuales operan presenten condiciones óptimas para prestar el servicio y que los que sean traídos de otras ciudades pidan el traslado de sus cuentas a Cúcuta.
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El comandante de la Policía de Tránsito indicó que esa institución es consciente del grave problema que implica para las empresas el fenómeno del transporte informal en la ciudad que, según cifras oficiales, asciende a más de 1.200 vehículos dedicados a este servicio.
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“Cuando detenemos un vehículo por primera vez, de los que denominan ‘piratas’, lo inmovilizamos por 5 días; la segunda vez lo hacemos por 20 días y la tercera vez por 40. Si reincide, se le cancela la licencia de conducción al chofer por un periodo que oscila entre 1 y 3 años”.
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Las empresas responden
.Para Fernando Chaustre, vocero de la empresa de transporte público Transpetrólea S.A., el problema radica en que el parque automotor de servicio público empezará a vencerse de manera alarmante durante los próximos tres años.
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En el lapso señalado por el vocero empresarial, saldrán de las calles aproximadamente 1.000 vehículos, sobre todo busetas de 13 pasajeros.
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Ello implica, según Chaustre, la pérdida del trabajo de más de 2.000 personas pues no sólo se verá afectado el conductor sino también los propietarios y sus respectivas familias.
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“En estos momentos estamos frente a una mortandad de vehículos y conductores por el cumplimiento del ciclo de vida útil de más de 1.000 carros”, señaló.
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El representante de Transpetrólea S.A. también sostuvo que muchas empresas están sintiendo la salida de los carros por obsoletos y se están quedando sin el suficiente parque automotor para cumplir las rutas que tienen asignadas.
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“Por esta razón algunas acuden a las ciudades donde ya se implementó el servicio de transporte masivo para conseguir busetas que aún tienen un par de años de vida útil y se las traen a operar a Cúcuta con toda la documentación en regla”, admitió.
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En su concepto, el traslado de la cuenta, es decir, lograr que una buseta de otra parte de Colombia pueda operar aquí, es un procedimiento legal permitido por las autoridades de tránsito.
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“Lo que sí está claro es que las autoridades no deberían permitir que los automotores que están próximos a cumplir los 20 años de operación, renueven su tarjeta de operación más allá de la fecha en la que deberían dejar de funcionar.
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“Si traen una buseta de otra ciudad a la que le queda un año o unos cuantos meses para llegar al límite del servicio, se le debería expedir su tarjeta de operación por el tiempo que le queda, y no por los dos años que es el tiempo por el cual estas se expiden”.
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Frente a la renovación del parque automotor, Fernando Chaustre manifestó que las empresas le siguen apostando a la implementación del servicio integrado de transporte masivo en la ciudad y los municipios del área metropolitana, algo que los ayudaría a competir en el duro mercado del servicio público, pues reconoce que el transporte informal (pirata) los está llevando a la quiebra.
