La revolución en el transporte protagonizada por los 'transmilenios' no puede detenerse.
En Colombia, la gente se está bajando de los buses. Así lo registran los resultados de la más reciente Encuesta de Transporte Urbano de Pasajeros (Etup), publicada por el Dane.
Esta medición, correspondiente al primer trimestre de este año y realizada en 23 ciudades capitales, reveló caídas porcentuales en el parque automotor, el promedio mensual de los vehículos en servicio y los pasajeros transportados.
Si bien la reducción de este último índice es pequeña, 0,3 por ciento en comparación con el mismo período del 2010, la tendencia a la baja merece una mayor atención del Gobierno Nacional y las autoridades locales. En una mirada más detallada por área metropolitana, saltan a la vista Montería, Ibagué y Barranquilla, con disminuciones de 56, 16 y 13 por ciento, respectivamente. En el caso de la capital cordobesa, el transporte público ha perdido la batalla con el mototaxismo informal. Mientras que en La Arenosa el guarismo sorprende ante la entrada en operación del sistema Transmetro.
Es necesario afirmar, sin embargo, que el número de pasajeros que viajan por las troncales del Transmilenio bogotano aumentó en 6 por ciento y llegó a los 114 millones. Un alza similar presentó el metro de Medellín, mientras se disparó el crecimiento del sistema de transporte caleño en el período de análisis, al superar el 58 por ciento. La nota discordante le correspondió al área metropolitana de Pereira, con una reducción del 1,2 por ciento.
No son pocas las explicaciones del hecho de que los usuarios de los buses estén abandonando este servicio público tanto en grandes capitales como en ciudades intermedias. Una de ellas es la proliferación, especialmente en estas últimas, de la competencia ilegal de los mototaxis. Otro factor relacionado lo constituye el aumento sostenido de las ventas de motocicletas. Para las personas de ingresos entre uno y dos salarios mínimos, este vehículo ofrece una accesible solución de movilidad, con más velocidad que los 'transmilenios' y el transporte colectivo.
La retirada de los pasajeros no se limita a los estratos socioeconómicos más populares. De acuerdo con el Comité de la Industria Automotriz Colombiana, las ventas al detal de autos nuevos durante el mes de mayo superaron en 50 por ciento el registro del mismo período del 2010. De hecho, mientras en el 2009 se vendieron poco más de 185 mil carros, el estimativo para este año se encuentra por encima de las 300 mil unidades.
La paradoja está en que en el mismo lustro en que este crecimiento se presenta, el Gobierno y las alcaldías de ocho capitales han realizado multimillonarias inversiones en la operación de 'transmilenios'. En Bogotá, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y Pereira, estos sistemas de transporte masivo fueron construidos con la premisa de que su diseño moderno estimularía a los dueños de los carros particulares a usar los articulados.
Si bien el volumen de pasajeros transportados en estos sistemas aumentó 14 por ciento en el último año, automóviles y motocicletas son los nuevos reyes de las urbes colombianas. A lo anterior se añaden las graves problemáticas que las empresas de articulados enfrentan hoy: competencia ilegal, lenta chatarrización, mala calidad del servicio, pocas frecuencias y sobrecupos, así como huecos financieros por el incumplimiento de las proyecciones.
Como lo confirman las encuestas de la red de Ciudades Cómo Vamos, la movilidad es una de las preocupaciones más urgentes de la Colombia urbana. La revolución en el transporte protagonizada por los 'transmilenios' no puede detenerse, pero requiere ajustes inmediatos.
Redacción El Tiempo
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